Al estudiar la historia de la iglesia primitiva, es preciso comprender este punto de vista griego en cuanto a la relación entre la idea y la materia, el bien y el mal, el alma y el cuerpo. Si esto no se capta, es casi imposible comprender adecuadamente los cuatro primeros siglos de la historia de la iglesia. Las dos mayores herejías, el gnosticismo y el arianismo, amenazaron peligrosamente la verdad del evangelio, la primera antes, y la segunda después del A.D. 300. Ambas surgieron de un malentendido
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